Los conflictos armados tienen una
larga y triste historia de vejaciones, masacres, abusos y muerte generalizada
durante toda nuestra historia sobre este mundo. Los seres humanos como especie
somos perfectamente capaces de resolver nuestros problemas de forma
diplomática; la existencia de una estructura militar hoy en día no es sino la
constatación de que existen poderes muy grandes con intereses lo
suficientemente egoístas como para necesitar de la fuerza bruta para lograrlos,
ya que de otra forma éstos jamás se verían satisfechos.
Mientras la humanidad avance lo
suficiente como para poder dejar atrás la guerra que tanto dolor causó y causa,
es tarea del artista transmitir y denunciar la injusticia que suponen todos y
cada uno de los conflictos armados que se libran en todo el globo, no ya para
los soldados, sino para los civiles, las víctimas silenciosas de la guerra,
aquellos que son en la inmensa mayoría de casos víctimas de abusos,
violaciones, torturas y robos, tanto por un bando como por el otro. El arte de
la guerra no es sólo estética: es la oportunidad de aprender de nuestros
propios errores.
Fuentes:
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