Las Cruzadas fueron uno de los
mayores esfuerzos militares durante la Edad
Media. Convocadas por el papa Urbano II con la intención de
recuperar Jerusalén, en ese momento bajo el control de los musulmanes, las
órdenes militares terminaron por convertirse en poco más que mercenarios,
empleados no sólo en recuperar las ciudades santas, sino en enfrentarse a
enemigos personales tanto de monarcas como de papas.
Los cruzados provenían de
múltiples fuentes, y si bien algunos eran soldados profesionales, buena parte
de ellos eran ciudadanos de a pie, mercenarios o incluso criminales que se
alistaron gracias a la bula papal, que eximía de todos sus pecados a aquellos
que participasen en las campañas militares. Las fuerzas de los cruzados, pues,
al componerse de elementos tan variopintos bajo un mismo estandarte, resultaron
ser bastante disgregadas y brutales. A pesar de algunos éxitos iniciales,
particularmente en la primera cruzada que logró su propósito de recuperar la
ciudad de Jerusalén, los cruzados no pudieron hacer nada en consecutivas
campañas contra los musulmanes, que retomaron la ciudad de forma definitiva.
Tras 4 grandes cruzadas y posteriores pequeños intentos, la Iglesia desistió en sus
esfuerzos.
El arte, hasta ese momento
centrado en las catedrales y en los frescos dedicados puramente al
cristianismo, comenzó a hacer hueco a las representaciones de cruzados,
principalmente en libros, ya que el grueso de la producción artística continuó
centrado en el ensalzamiento de la divinidad.
Pintor románico francés Cruzados Siglo XII Mural Capilla de los templarios, Cressac |
Miniaturista francés Biblia de Maciejowski c. 1250 Manuscristo (m. 638), 390 x 295 mm The Morgan Library & Museum, Nueva York |
Miniaturista francés Biblia de Maciejowski c. 1250 Manuscrito (m. 638), 390 x 295 mm The Morgan Library & Museum, Nueva York |
Jean Leclerc Doge Enrico Dandolo reclutando para la Cruzada 1621 Óleo sobre lienzo Palazzo Ducale, Venecia |
Francesco Hayez Cruzados sedientos cerca de Jerusalén 1836-50 Óleo sobre lienzo Palazzo Reale, Turín |
Eugéne Delacroix La entrada de los cruzados en Constantinopla 1840 Óleo sobre lienzo, 410 x 498 cm Musée du Louvre, París |
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