A pesar de su humanismo y de su
cultura, los griegos fueron una sociedad sorprendentemente guerrera: tanto
entre sí mismos como contra los invasores, los griegos mantuvieron un poderoso
ejército por tierra y por mar que les permitiese tanto defender sus fronteras
como ampliarlas con territorio enemigo. La guerra estaba tan implementada en la
sociedad que algunos de los filósofos no concebían sus teorías sin la figura de
los militares. El propio Sócrates no consideraba que matar a otros soldados en
guerras por Atenas fuese contrario a la dialéctica.
Ejércitos como el ateniense y el
espartano mantuvieron siempre disputas entre sí, y si bien toda Grecia
entrenaba a sus jóvenes para el arte de la guerra, cada sociedad empleaba sus
propios métodos: allí donde Atenas prefería un entrenamiento más sosegado, basado
en la práctica de la gimnasia, los espartanos entrenaban a sus hombres desde la
temprana edad de 16 años, forzando un estricto entrenamiento guerrero que el
hombre no abandonaría en toda su vida.
A pesar de sus diferencias, todas
las polis se unieron para defenderse frente a un enemigo común: los persas, a
los que derrotaron en una serie de conflictos denominados Guerras Púnicas. A
pesar de esto, las constantes luchas internas vaciaron sus filas rápidamente,
convirtiéndoles en blanco fácil contra los macedonios y más tarde contra los romanos,
que anexionarían Grecia en su totalidad.
El carácter belicoso de Grecia se
ve reflejado en su arte: si bien las pinturas son escasas, las esculturas y la
cerámica son mucho más abundantes, y son la representación de la visión de un
pueblo que ejercía un importante culto al cuerpo. Las esculturas son el reflejo
del ideal físico del hombre griego, mientras que las vasijas se centran en la
perpetuación de la mitología y de la batalla. El coraje de guerreros como
Leónidas, que luchó en las Termópilas contra los persas aún a sabiendas de que
no tenía ninguna oportunidad, ha pasado a la historia como un ejemplo de valor
y de arrojo, y ha sido representado tanto en cuadros como en otros medios.
Daniel van Heil Caída de Troya - Óleo sobre panel, 62 x 87 cm Colección privada |
Jacques-Louis David Leónidas en las Termópilas 1814 Óleo sobre lienzo, 395 x 531 cm Musée du Louvre, París |
Edgar Degas Jóvenes espartanos entrenando c. 1860 Óleo sobre lienzo, 109 x 155 cm National Gallery, Londres |
Policleto Doriforo c. 450 a.C. Mármol Museo arqueológico nacional, Nápoles |
Aquiles y Héctor Cerámica |
300 Frank Miller y Lynn Varley |
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